Crece preocupación en México tras bloqueo del Senado a la aprobación de nueva Ley de Transición energética.

Tras la decisión de la Comisión de Energía en el Senado de la República dejando fuera del periodo de sesiones de la LVXII Legislatura el paquete verde y la Ley de transición energentica (LTE) , aumenta la inquietud social por la falta de refrendo por parte del Senado de la norma aprobada en la Cámara de Diputados en diciembre del año pasado.

Mientras que el primer paquete de leyes secundarias que se desprenden de la Reforma Energética fundamentalmente referidas a Hidrocarburos fueron aprobadas por unanimidad en el legislativo, los ya mencionados no han dado muestras de vida en la agenda de los partidos políticos, pese al llamado de la sociedad civil.

El postergado Decreto reconoce la importancia de esta Ley declarándola de interés social,  y su objeto consistente en regular el aprovechamiento sustentable de la energía, y las obligaciones en materia de energías limpias y de reducción de emisiones contaminantes de la industria eléctrica.

"La propuesta de la LTE es tomar ventaja del regalo del sol y llenar el país de paneles fotovoltaicos para aprovechar la verdadera riqueza energética del país. No hacerlo sería una omisión inaceptable".

El texto legal que inexplicablemente aguarda aparcado, argumenta sobre "Las experiencias en Alemania, Italia, Japón, California, China y otros sitios en el mundo demuestran que existe una manera inteligente para aprovechar la energía solar, manera que en México ha sido desestimada de forma inexplicable.

No existen razones de peso para explicar el desperdicio de la energía solar cuando se tiene disponible en cantidades colosales en el país."

Mientras, asistimos en alerta ante la ola de calor y extremada radiación que registra el Valle de México, donde la Dirección de Monitoreo Atmosférico informó que el Índice de Rayos Ultravioleta reporta 10 puntos en la Zona Metropolitana del Valle de México, y que la calidad del aire es mala en el suroeste y el sureste.

Y es que el cambio climático avanza inexorable, azuzado cual llama por el viento sucio de hollín ante la impasividad de pirómanos pasivos. Pese al compromiso del pasado 27 de marzo, cuando el gobierno mexicano presentó ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), las Contribuciones Previstas y Determinadas a nivel nacional, comprometiéndose a reducir para el año 2030, el 22% de GEI sobre la línea base del 2013.

Inseguro clima también para la economía y competitividad del país, fundamentada en fuentes fósiles con fecha de caducidad, donde resulta clave la diversificación energética para que la no-nata Ley "establece una participación mínima de 35% de energías renovables en la generación de energía eléctrica para el 2024 (con metas intermedias para el período 2018 y 2021) y ofrece garantías a los participantes en el mercado eléctrico, lo cual promueve las inversiones al brindar certidumbre sobre el desarrollo de este mercado. Cumplir con la meta del 35% permitirá generar hasta 90 mil empleos directos en el 2024".

Esta actitud de dilación de los políticos para no afrontar los problemas es la que cala en la sociedad civil mexicana, ahora llamada a las urnas, manteniendo en el subconsciente colectivo que la voluntad de los poderes públicos nada tiene que ver con la voluntad pública.

Hoy, los países desarrollados no desoyen las recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía, que recomienda a los ministros de energía que deben desarrollar visión de un futuro de energías limpias,  donde el resto del mundo se mueve hacia una transición energética basada en energías renovables.

Paradójicamente define el texto pendiente de refrendo, "La propuesta de la LTE es tomar ventaja del regalo del sol y llenar el país de paneles fotovoltaicos para aprovechar la verdadera riqueza energética del país. No hacerlo sería una omisión inaceptable".